03 julio 2017

Vuelven las rebajas de Liberbank y vuelven los patéticos argumentos de siempre



 
Una vez firmado deprisa y corriendo el nuevo ERE fraudulento, el sindicalismo del régimen pretende seguir tomándonos por idiotas a los trabajadores

Vuelven las rebajas de Liberbank y vuelven los patéticos argumentos de siempre

Sin apuntarnos a ninguna teoría de la conspiración (ya la realidad en Liberbank es suficientemente paranoide como para buscarle muchas más vueltas), es obvio que los sucesivos ERES fraudulentos que venimos padeciendo suponen demasiados beneficios para la dirección de Liberbank como para que les sea indiferente la actuación de los diversos sindicatos y como para que no se establezcan estrategias comunes con aquellos sindicalistas que, por motivos que ellos sabrán, están dispuestos a firmar una vez más acuerdos lesivos para los trabajadores.

Los ERES que hemos padecido hasta ahora nos han supuesto recortes en nuestros salarios por importe de 420 millones de euros que han servido para financiar el banco privado de los directivos y sus socios (350 en el caso de que el TS confirme la anulación de las medidas unilaterales), la movilidad geográfica ilimitada como herramienta para despedir y como amenaza con la que implantar una permanente situación de tensión y miedo y, sobre todo, dar por buena la teoría del Consejero Delegado de que, a pesar de su excelsa labor directiva, los trabajadores no estamos a la altura de las circunstancias y, por eso, mientras él se sube el sueldo por lo bien que lo hace, a nosotros nos lo recorta y, además, debemos estarle agradecidos por no aplicarnos medidas más duras.

El nuevo ERE, además de la prolongación de la movilidad geográfica ilimitada, supondrá que, en dos años y medio, otros 100 millones de euros de recortes en nuestros salarios se usarán para financiar el banco privado del Consejero Delegado (el responsable directo de esta insoportable política de personal que estamos padeciendo) y sus socios bursátiles.

Una vez visto el fracaso del primer ERE, los asesores legales de toda esta serie de atropellos y estafas son mucho más cuidadosos y los máximos dirigentes de los sindicatos del régimen tutelan de una manera más directa a sus franquiciados en Liberbank para que no vuelvan a ser el hazmerreír del sector (el único ERE tumbado en las Cajas trasformadas en bancos ha sido el de nuestra entidad). Por eso, el supuesto proceso de negociación ha seguido un guion perfectamente trazado desde el gabinete que asesora a la dirección para evitar deslices tan caros como el del primer ERE.

En este teatrillo sindical tan obvio figuran los protagonistas habituales (CCOO, UGT y CSIF) y dos estrellas invitadas (STC y la Candidatura Independiente de Servicios Centrales y Oviedo OP), cada uno cumpliendo la labor asignada en base a su importancia numérica.

Con la firma de CCOO, UGT y CSIF la dirección tenía asegurada la mayoría sindical que necesitaba, una vez que se diese por válida la mesa negociadora a medida de esa dirección.
En este sentido, para boicotear la iniciativa de exigir una mesa de negociación específica de Liberbank y sólo para eso eran necesarios STC y la Candidatura Independiente, por mucho que ahora sus dirigentes publiquen esas lastimosas circulares según las cuales su enérgica y rigurosa actuación (nunca mejor utilizado el término) durante las supuestas negociaciones fue la que determinó que la dirección no se atrevieran a proponer medidas más duras y la que consiguió transformar un ERE injustificado e injustificable (según decía CCOO escasos días antes de firmarlo) en un acuerdo razonable con el que todos ganamos (algunos más que otros, según nuestra humilde opinión).

Para intentar convertir ese papel de figurantes con frase que les ha sido asignado en ese otro de protagonistas absolutos con el que sueñan, los dirigentes de estos sindicatos no han ahorrado esfuerzos: apoyaron la reducción al mínimo de los plazos legales de negociación, apoyaron la expulsión de CSICA, CSI y APECASYC de varias reuniones sindicales y, ante la falta de iniciativa de los sindicatos de BCLM en Asturias, se han convertido en los principales voceros de las bondades de este acuerdo absolutamente infumable.

Pero por muchas medallas a la responsabilidad y al rigor en la negociación que quieran autoimponerse ponerse unos y otros (los de siempre y los recién llegados) la realidad es tozuda y no puede taparse con la habitual catarata de circulares que, curiosamente, se publican después de firmar el acuerdo, cuando había tiempo de sobra para haberlas publicado antes e, incluso (esto ya para sobresaliente) para habernos pedido nuestra opinión a los trabajadores, que sin ser tan listos como estos dirigentes sindicales, tal vez tendríamos algo que decir.

Por eso, desde la CSI, queremos señalar varias de las circunstancias que ponen en evidencia la falsedad de las afirmaciones de este cada día más numeroso conglomerado de sindicalistas del régimen.

Es absolutamente falso que con este nuevo ERE todos mejoramos. Al contrario, ninguno de los que permanecemos en la entidad mejoramos nuestra situación. A partir del uno de julio, el ERE anterior dejaba de estar en vigor y todos volvíamos a la situación anterior a dicho ERE, sin recortes horarios ni salariales.

Las prisas en la negociación, aminorando considerablemente los plazos impuestos por una legislación muy lesiva para los trabajadores (el plazo legal nos permitiría llegar hasta el día 17 de julio), lejos de ser una muestra de capacidad negociadora de unos y otros, es una clara prueba de que el acuerdo ya estaba cocinado a espaldas de quienes lo vamos a padecer y de que, a pesar de que había tiempo suficiente para ello, no se quería llevar a cabo una verdadera negociación con luz y taquígrafos, más necesaria todavía en una entidad donde la permanente traición sindical nos ha llevado (en Asturias, desde 1999) a la lamentable situación actual.

Que los sindicatos firmantes nos digan en sus circulares que con el paso del tiempo los trabajadores nos llegaremos a dar cuenta de la bondad del acuerdo es, una vez más, un insulto a nuestra inteligencia. Si a los sindicalistas del régimen les bastó con un power point y un par de reuniones para estudiar con todo rigor y dar por buenos los argumentos de la dirección, ¿no creen que los trabajadores de a pie y los sindicalistas sin graduación podríamos llegar al mismo convencimiento con un poco de esfuerzo pedagógico por parte de la dirección y sus mariachis sindicales? ¿o tal vez, al igual que la alta dirección de Liberbank, no nos creen capacitados para entender asuntos de esta supuesta complejidad?

Teniendo en cuenta el acuerdo del 2011 en el que, de una forma descarada, se intercambiaron condiciones de salida para quienes abandonaban la entidad por la movilidad geográfica ilimitada parece obvio que nadie puede llamarse a engaño sobre la falta de equidad de un acuerdo en el que se mezclan dichas condiciones de salida de los compañeros de más edad con recortes y movilidad a quienes permanecemos en la entidad. Que algunos de los sindicalistas firmantes (o de los que estuvieron en la negociación y, al final, pusieron a firmar a otros) se encuentren (como en el caso del acuerdo del 2011) en los tramos de edad para poder irse, no ayuda mucho a dar esa imagen de negociación seria y transparente que nos quieren vender con los estropeados argumentos de siempre.

También mantienen los propagandistas de este nuevo ERE fraudulento como si fuera un mérito suyo que, al tratarse de un recorte salarial derivado de un recorte horario, podemos solicitar el pago de prestaciones de desempleo. Claro que sí, estaría bueno. El cobro del desempleo es un derecho personal (que además está limitado en el tiempo y se agota al utilizarlo) no algo que nos conceden ellos y la dirección de Liberbank. Pero, salvo que nos hayamos perdido algo, los trabajadores queremos trabajar y cobrar nuestros salarios íntegros y utilizar nuestro derecho a las prestaciones de desempleo si tuviéramos la desgracia de ser despedidos (o trasladados a un lugar imposible para que nos vayamos como suele pasar en Liberbank).

Para no hacer más extensa esta circular (habrá más, obviamente), solamente hacer referencias a un mantra muy pasado de moda que utilizan los propagandistas de esta nueva estafa:

Lo más fácil es decir que no. O sea que, según ellos, quienes dicen sí a las proposiciones deshonestas de la dirección eligen el camino difícil, la palma del martirio, el sacrifico muchas veces incomprendido en pro del pobrerío y la clase obrera en general y de los trabajadores de Liberbank en particular.

Obviamente, este patético aforismo tiene una segunda parte que no hace falta ni verbalizar: quienes peleamos contra estos ERES fraudulentos elegimos el fácil sendero de la demagogia y el populismo, la cómoda postura del negacionismo sindical, el dolce far niente de la movilización, la antigualla de la pancarta y el megáfono y, algunos, además, con el agravante de apoyar a otros trabajadores en lucha por sus derechos y por sus puestos de trabajo…..

Sinceramente,
¿A ti, qué te parece?

¿Es más fácil decir que sí o decir que no en Liberbank (y antes en Cajastur)?

Por nuestra parte, a seguir en la pelea.

Contra los ERES fraudulentos, contra las mentiras y contra las traiciones sindicales.

Seguiremos informando.

03 de julio de 2017